Nos hemos preguntado el porqué durante un rito de exorcismo, el exorcista pide el nombre del demonio que está dentro del poseído, esto se debe a que al saber el nombre se tiene cierto poder sobre éste. En un principio el demonio hace todo lo posible para no ser descubierto o por lo menos para esconder la gravedad de la posesión, aunque no siempre lo logra. Presionado por la fuerza de los exorcismos, a veces es inducido a manifestarse desde la primera oración; otras veces se necesitan más exorcismos. En el momento en que el demonio revela su nombre, demuestra que está debilitado, y si no lo dice es que aún sigue estando fuerte. El demonio se esfuerza por parecer indiferente, pero en realidad sufre y sigue sufriendo cada vez más, hasta que se llega a la liberación. El diablo no está en todas partes, pero por si acaso, no lo busques...